José Gregorio Hernández frente a la enfermedad---- Por: María García de Fleury

01.09.2014 21:34

 

María García de Fleury reflexiona sobre la experiencia de este eminente y santo médico venezolano…

El Dr. José Gregorio Hernández, un hombre cuyas manos se extendieron hacia los demás, cuyo corazón latió al ritmo de muchos corazones, mostró que hay personas, que junto con nosotros, sueñan de un mundo mejor. Falleció con apenas 53 años un 29 de junio de 1919. Recordarlo, es traer a la presencia su devoción hacia los enfermos pues la “opción por la vida” caracterizó desde el comienzo su trayectoria de vida y de pensamiento.

José Gregorio acogía de manera generosa y afectuosa a cada persona, sobretodo a los débiles y a los enfermos. Opinaba que, la salud humana es muy vulnerable, pero que, quien lograra recuperar su salud física, era no sólo un bien para si y su familia, sino también un signo de la salvación que Dios quiere darnos a todos. José Gregorio recordaba las palabras de Cristo: “He venido para que tengan vida y la tengan abundante” (Jn 10,10). Estamos llamados a la plenitud.

El Dr. Hernández sabía que la enfermedad es una experiencia singular que afecta lo más íntimo y sagrado de la persona, pues es una de las situaciones límite de la vida que lleva a encontrarnos con la verdad de nosotros mismos, de los demás y de Dios. Provoca un gran silencio interior en el que brotan los pensamientos, los sentimientos, preguntas que buscan explicación a lo que está pasándonos y la respuesta no es fácil. Sabía que, si bien la fe es la confianza que descansa en el amor de Dios y nunca defrauda, en la enfermedad, la fe se pone a prueba y puede destruyéndonos o ayudarnos a crecer y madurar, encerrándonos en nosotros mismos o abriéndonos hacia los demás, alejándonos de Dios o acercándonos más a Él y purificando la imagen que de Él tenemos.

José Gregorio estaba seguro que cuando la fe se vive de verdad, sana, cura, salva y se convierte en fuente de salud pues ayuda a afrontar la enfermedad con realismo, infunde aliento, coraje y paciencia en la lucha por la curación, o para asumirla con paz con todas sus consecuencias. Por eso, trataba de transmitirle la fe a sus pacientes, comunicándoles serenidad, paz y esperanza, consuelo en la angustia y fortalecimiento en la inseguridad. Todo esto ayudaba a sus pacientes a sobreponerse ante la situación irremediable y a asumirla con entereza, poniendo confiadamente la vida en las manos amorosas del Padre y a confiarle el futuro.

El Dr José Gregorio, este médico venezolano ha sido tan querido y admirado por ocuparse activamente tanto de la salud física como la salud espiritual y moral de las personas